jueves, 21 de enero de 2010

Entre ogros y princesitas

Sí por que cuando tienes 15 años, sueñas con que se enamoren de ti, necesitarias ser como las demás chicas, popular, guapa, simpatica, con éxito. Y yo nunca fue ninguna de esas cosas. Nunca.

Cuando cumplí 16 decidí que tenía que cambiar algo para sentirme bien conmigo, para encontrarme a mi misma, para gustarme. Decidí ser como una de esas chicas de las revistas: delgada y perfecta, como a ser guapa no podía llegar, me conforme con llegar a estar extremadamente delgada.

Y pude llegar muy lejos, estube vivendo así durante 5 años, en ese tiempo, en todo ese maremoto de sentimientos de odio y rechazo, de lucha por alcanzar el ideal, apareció él. Él fue el único que me vio durante todo ese tiempo.

Por que mientras yo durante todo el tiempo veia a una niña gorda, gafotas, sin una pizca de grácia ni atractivo, él veía a la mujer de su vida. Pudo verlo a pesar de toda la destrucción que me rodeaba, del dolor que me infligía a mi propia alma.

Consiguió traerme de vuelta al mundo real, me demostró que la belleza siempre está en los ojos del que mira, y también me enseño a verme reflejada en un espejo, ese que no me criticaba, ni se reia de mi, ese espejo que decía: tú tambien vales mucho. Aunque yo nunca he llegado a creerlo realmente.

Pero eso soy yo, no? La tristeza, el dolor por lo que pudo haver sido y nunca será, la belleza de lo tenebroso.

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